El hijo mayor de Diego embarazó a la actual esposa de Diego, y la actual esposa de Diego tuvo a una hermosa nena, que es ahora nieta de Diego, por ser hija del hijo de Diego
Si bien Héctor ya ha dado una explicación, permítaseme ofrecer la propia.
Por todos es bien sabido que la mejor relación entre seres humanos es aquella entre nietos y abuelos. El nieto puede llegar a casa de sus abuelos y romper un vaso sin querer, y el padre, mortificado, tratará de regañar a la criatura. Sin embargo, el abuelo, que ya pasó por el trance de tener hijos, sabe que es no sólo su derecho, sino incluso su obligación devolver el favor, y rompe él mismo un vaso, ante la mirada asombrada y estupefacta de su hijo, que es el padre de la criaturita, y la mirada asombrada e idolatrante del nietecito, que sabe que ha pasado algo importante para que su papá (el de la criaturita, no el de usted, lector epiceno) no diga nada más por haber roto el otro vaso. Al contrario, el abuelo dice "Aquí mando yo, y si quiero romper vasos, los rompo, y si mi nieto rompe un vaso, no pasa nada."
Ahora bien, por todos es sabido que el Diego es Dios. Por tanto, nada más natural para él que darle una manita a su relación con su hija (a la relación entre el Diego y la hija de Diego, claro está) que convertirla en su nieta, porque así no tendrá ninguna clase de preocupaciones: los abuelos ven a sus nietos recién baados, ien comidos, bien vestidos, y siempre amables, al contrario de los hijos, que siempre llegan mugrosos y a horas extrañas con evidentes muestras de haberse peleado con alguien de manera metafórica o literal. Por algo la Iglesia Maradoniana tiene tantos seguidores, digo yo.
Diego es Dios, y se puede convertir en lo que quiera, desde en abuelo de sus hijos, como lo acaba de hacer, como en una piltrafa, como lo hizo hace unos años.
6 comentarios:
Te explico.
El hijo mayor de Diego embarazó a la actual esposa de Diego, y la actual esposa de Diego tuvo a una hermosa nena, que es ahora nieta de Diego, por ser hija del hijo de Diego
¿Así o más claro?
A veces los periodistas explicamos peor que Cantinflas.
Ora verá, mire usté cómo le explico, pues es que la cosa no es tan secilla...
Si bien Héctor ya ha dado una explicación, permítaseme ofrecer la propia.
Por todos es bien sabido que la mejor relación entre seres humanos es aquella entre nietos y abuelos. El nieto puede llegar a casa de sus abuelos y romper un vaso sin querer, y el padre, mortificado, tratará de regañar a la criatura. Sin embargo, el abuelo, que ya pasó por el trance de tener hijos, sabe que es no sólo su derecho, sino incluso su obligación devolver el favor, y rompe él mismo un vaso, ante la mirada asombrada y estupefacta de su hijo, que es el padre de la criaturita, y la mirada asombrada e idolatrante del nietecito, que sabe que ha pasado algo importante para que su papá (el de la criaturita, no el de usted, lector epiceno) no diga nada más por haber roto el otro vaso. Al contrario, el abuelo dice "Aquí mando yo, y si quiero romper vasos, los rompo, y si mi nieto rompe un vaso, no pasa nada."
Ahora bien, por todos es sabido que el Diego es Dios. Por tanto, nada más natural para él que darle una manita a su relación con su hija (a la relación entre el Diego y la hija de Diego, claro está) que convertirla en su nieta, porque así no tendrá ninguna clase de preocupaciones: los abuelos ven a sus nietos recién baados, ien comidos, bien vestidos, y siempre amables, al contrario de los hijos, que siempre llegan mugrosos y a horas extrañas con evidentes muestras de haberse peleado con alguien de manera metafórica o literal. Por algo la Iglesia Maradoniana tiene tantos seguidores, digo yo.
Saludos cordiales.
Creo que Lord Eggs tiene razón.
Diego es Dios, y se puede convertir en lo que quiera, desde en abuelo de sus hijos, como lo acaba de hacer, como en una piltrafa, como lo hizo hace unos años.
Ups. qué contubernio...
La vida de San Maradona se está pareciendo a los Aurelianos y Juan Arcadios de "Cien años de Soledad".
Igual, pienso que cada persona debe hacer lo que estime conveniente con su vida, pero... sin dañar a los demás.
Abrazos.
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