viernes, 3 de abril de 2015

Pepito, la lógica y el futbol

Apenas entró al salón, anunció el examen sorpresa... de lógica... y oral. Todos en el salón lo intuían: sería otro intento de la educadora a fin de reprobar al más irreverente y pícaro de la clase. Más allá de sus incontables travesuras, a algunos de los profesores les exasperaba la afición que el “diantre mocoso” tenía por el futbol.

Para dar inicio al examen (y borrar cualquier duda de sus verdaderas intenciones), la maestra se dirigió a...

—Pepito, ¡de pie!

—Sí, maestra.

—Danos por favor un ejemplo de una falacia.

—Claro, maestra: Días antes de la copa mundial de futbol 2014 (cuya sede fue Brasil), un rayo cayó sobre una estatua de Cristo en el país ya mencionado lastimándole el dedo pulgar, de modo que le dejó cuatro dedos sanos en esa mano. Ello demuestra que Dios ya sabía que Brasil quedaría en cuarto lugar.

—Ah, Pepito, lo has hecho bien. Me pregunto si podrás hablar de otra cosa que no sea futbol con... digamos... un silogismo.

—Sí, maestra, por supuesto: Se sabe que el equipo que mete más goles gana, luego en la final Alemania metió más goles que Argentina, en consecuencia Alemania ganó la copa.

—¡Pepito! ¡Te dije que no hablaras de futbol! Mira, te voy a dar una última oportunidad, pero donde menciones cualquier cosa directamente relacionada con el futbol, ¡quedarás reprobado!

—Perdón, perdón… ya entendí.

—A ver si es cierto, danos una inferencia inmediata.

—Por supuesto, maestra, a’i le va: La Castañeda...

—¿La Castañeda, qué?

—¿Qué era La Castañeda, maestra?

—Pues manicomio, era manicomio.

—Allí está: La Castañeda era un manicomio, ergo… ¡no era penal!