domingo, 27 de diciembre de 2009

De la Chispa Divina

Hace tiempo, hojeando las páginas de un diario de la localidad, me llamó la atención el título de un artículo: “Es Concentración, no Chispa Divina”. Era la traducción de algunos párrafos publicados por el columnista de opinión David Brooks, en The New York Times. El título original: “Genius: The Modern View”.

A continuación incluyo extractos del texto, aunque recomiendo la lectura completa del mismo (aquí). Añado en este post algunas notas cortesía mía.

“Hay gente que vive en la era romántica. Tiende a creer que el genio es el producto de una chispa divina”
Comienza su exposición. Vamos (voy) de acuerdo. Frecuentemente escucho gente decir que fulanito nació con el don, que fue un regalo de Dios.

“… ni siquiera las tempranas aptitudes de Mozart fueron producto de algún don espiritual innato”
Al tiempo que establece alguna base para la cita anterior, se dispone a demostrar la falsedad de tal creencia.

“Mozart […] no sobresaldría entre los mejores niños intérpretes actuales”
Una afirmación contundente. ¿Cómo explica, entonces, la ausencia de músicos adultos que puedan equipararse a tal nivel?

“Lo que tuvo Mozart […] fue […] la capacidad de concentrarse durante largos periodos de tiempo y un padre decidido a mejorar sus aptitudes.”
Entonces, la concentración y el papel desempeñado por el tutor son puntos clave. Recientemente se ha dicho lo mismo de Michael Jackson; Mozart, por otra parte, es apenas uno de los ejemplos mencionados por Brooks. Mi pregunta anterior queda medio respondida.

“El factor clave que separa a los genios de los simplemente realizados no es ninguna chispa divina…”
El pretexto para este post…

“… Más bien, es la práctica deliberada. Los mejores intérpretes pasan más horas (muchas más horas) practicando rigurosamente su oficio.”
Derrumbado el mito.

Argumentos son expuestos gracias a ejemplos varios; Brooks basa sus afirmaciones en un par de libros: “El código del talento” de Daniel Coyle; y “El talento está inflado” de Geoff Colvin.

Al momento queda claro: NO ES CHISPA DIVINA O DON ESPIRITUAL. Queda pendiente, sin embargo, la creencia del talento innato, sin necesidad de que el mismo sea un regalo de los dioses.

Hacia el final del artículo, Brooks aclara:
“Es cierto que los genes controlan nuestras capacidades. Pero el cerebro es también fenomenalmente adaptable […] como apunta Coyle, no es lo que eres, es lo que haces”
… y esta última línea nos deja clara la creencia del articulista.

¿Cuántos de mis mil ocho mil lectores la comparten?

martes, 22 de diciembre de 2009

Saludos

Gracias, 2009... qué bueno que ya te vas.

Tiburcia y TheJab seguimos vivos, aunque no posteando.

Coco y Megan están bien.

Gracias por su atención, nos vemos en el 2010 y esperemos que sea mejor.