Se ha vuelto costumbre. El presidente de México cae con tanta frecuencia en desaciertos, que un sector de la población se dedica a divulgar por diversas redes sociales cada una de sus infortunadas intervenciones. Existe incluso una página web que, haciendo juego de palabras, da cuenta puntual de las “EPNdejadas”, y de cuántos días transcurren antes de que el jefe del poder ejecutivo cometa (lo cual se da por hecho) un nuevo error. Unos acusan, otros se indignan, hay quien se divierte y quien exige la remoción del mandatario.
La cumbre de Toluca reúne en la capital mexiquense (po’s dónde más) a Barack Obama (EUA), Stephen Harper (Canadá) y el ya citado Enrique Peña Nieto. Ante el podio, el mexicano lee su discurso…
“Los intercambios comerciales de los tres países superan un millón de millones de dólares al año; un billón en español, un trillón en inglés”.
… y de ahí, muchos encontraron un error donde no hay tal. Al menos, esa es mi apreciación. En el canal Youtube apareció un video que confundió a más de dos. Titulado “Peña hace el RIDÍCULO frente a Barack Obama | No sabe decir un billón en inglés”, provocó una avalancha injustificada (por esta ocasión) de insultos a su persona. Ello hizo eco en facebook.
Yo, sin ver un error, supuse que sería fácil convencer a mis “amigos” de que el discurso era correcto debido a la diferencia entre la escala corta y la escala larga para nombrar a los grandes números según la región del mundo… no fue así. Se insistía en que era un ridículo y en que estábamos defendiendo lo indefendible. Pronto vi algunos “amigos” míos que coincidían conmigo, atacados por “amigos” de ellos.
Al ver que ni las explicaciones ni las referencias a Wikipedia surtían efecto, lo mejor que se me ocurrió fue hacer una tablita, acompañarla con la leyenda “Antes de repetir como borregos, infórmense” y publicarla; santo remedio.
La tabla ha sido compartida incluso por gente que ni conozco y parece respetable. Lejos está de volverse viral, pues “6” es un número muy pequeño, pero extraño para alguna publicación mía en la red social.
A pesar del territorial triunfo de la razón, no puedo evitar ese sentimiento mezcla de impotencia, opresión, tristeza y preocupación por mi México querido. Que muchos de mis compatriotas se crean a pies juntillas tales aseveraciones (y no hablemos del Deforma y su nota del Himno Nacional) sólo porque congenian con lo que ellos llaman ideología política, no hace sino demostrar que tampoco son tan conocedores e inteligentes como proclaman. Si lo fueran, al menos verificarían fuentes, ejercerían un esbozo de escepticismo.
Que Enrique Peña Nieto se haya creado fama de poco culto, que con su pan se lo coma. O con su PRI.
Hasta la próxima.